sábado, 12 de junio de 2010

Como el súbito latido

de una estrella fugaz

en medio del infinito

vagabunda, cristalina

altanera por su derroche

terrenal

milenaria luminosa de los

rincones perdidos…

¿Es posible, esa dama

es posible…?

Remolinos de vientos

al agua quieren alcanzarla…

Espada de ámbar y jazmín

sus terribles y acechadores

colores

logran que el universo

se convierta en añicos

ridículos de andar pausado…

¿Es posible, esa dama,

es posible…?


Con amor para mi mamá.


Ana Valeria Vera Pinto.

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