Como el súbito latido
de una estrella fugaz
en medio del infinito
vagabunda, cristalina
altanera por su derroche
terrenal
milenaria luminosa de los
rincones perdidos…
¿Es posible, esa dama
es posible…?
Remolinos de vientos
al agua quieren alcanzarla…
Espada de ámbar y jazmín
sus terribles y acechadores
colores
logran que el universo
se convierta en añicos
ridículos de andar pausado…
¿Es posible, esa dama,
es posible…?
Con amor para mi mamá.
Ana Valeria Vera Pinto.
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